Los últimos instantes del encuentro volvieron a ser decisivos para un Real Madrid que, a pesar de acribillar la portería rival, no logró marcar antes del minuto 80
Los dos últimos encuentros del conjunto blanco, ambos frente al Elche, se complicaron más de lo previsto, llegando a la prórroga en el partido de copa y no logrando pasar del empate en la cita liguera.
Las dos últimas citas
En Copa del Rey, un Elche sólido y atrevido plantó cara a todo un Real Madrid que acudía al encuentro con la moral por las nubes tras ganar la Supercopa de España. El encuentro no se decidió hasta la segunda mitad de la prórroga, donde el conjunto de Ancelotti remontó el 1-0 con goles de Isco (108’) y Hazard (115’).
En liga, el planteamiento de ambos equipos resultó diferente. Se pudo ver un Madrid atrevido frente a un Elche tímido que pudo sofocar la embestida blanca. Con una diferencia negativa de 20 tiros, el Elche logró ponerse 0-2 en el minuto 76. La mano de Pere Milla, que trascendió en la pena máxima, y el cabezazo de Militäo en el añadido, dejaron con la miel en los labios a los ilicitanos que saldrían del Bernabéu con 1 punto.
Dos partidos distintos, dos estadios dispares y dos competiciones diferentes no fueron suficientes para que el encuentro se resolviera de manera distinta. Los de Ancelotti suman 1 punto gracias a los minutos finales.
La garra blanca
El Real Madrid ha alardeado durante las últimas temporadas de la garra blanca, garra que le permitía ganar partidos que podían desembocar en títulos. Pasando de la Champions de 2014 con el salto al cielo de Sergio Ramos, a remontadas que valieron lideratos e incluso títulos como lo fueron las de LaLiga 2016/2017.
Si retrocedemos hasta agosto del pasado año, el conjunto blanco, bajo las ordenes de Ancelotti, ha podido sumar 8 puntos en los minutos finales, lo que agranda aún más la leyenda de la épica blanca. Los equipos que han sufrido una alternancia en el marcador sobre la bocina frente al Madrid esta temporada han sido: Levante (3-3), Valencia (1-2), Sevilla (2-1), Elche (1-2) y de nuevo, Elche (2-2).
El Real Madrid puede presumir del liderato momentáneo de LaLiga, en gran parte, gracias a estos resultados, puesto que si quitáramos los puntos conseguidos en los minutos finales, los blancos se situarían segundos con 42 puntos.
Militäo y la efectividad aérea
Ya se ha convertido en una manía de los entrenadores el dejar subir a los centrales al área rival en busca de desatascar los partidos más complicados. El Real Madrid contaba hasta la pasada temporada con Sergio Ramos, un rematador nato, que ya había asumido el rol de delantero centro cuando llegaba el minuto 90. Con su marcha hacia el PSG, los merengues asumían la pérdida del juego aéreo en área rival en los minutos finales.
En el encuentro frente al Elche, Militäo se vistió de gala para poner el empate en el marcador, asumiendo el rol que anhelaban los madridistas desde la salida de Ramos. En rueda de prensa posterior al partido, Ancelotti no pudo evitar encontrar un paralelismo entre el defensa brasileño y el español, llegando a confesar que Militäo podía recoger el testigo aéreo del camero.
La melodía del gol ansiado
Nadie quiere llegar a los últimos instantes del juego con un resultado negativo. Esos minutos donde el pulso se acelera, los nervios incrementan, las piernas se inquietan, el corazón pide calma y la mente tan solo ve rasgos esperanzadores en cada pase hacia adelante del equipo. Es en estos compases donde la fina melodía que acompaña el juego caótico de un equipo desesperado, termina con un tsunami sonoro que entona la palabra “gol” y finaliza con el pitido del árbitro que dictamina el fin del partido.
Nadie quiere llegar a esta situación previa al gol, pero los que saben dominarla, convierten los peores resultados en grandes hazañas.