El colombiano está siendo la novedad más destacada tras un mercado de fichajes decepcionante
El Real Madrid se encuentra líder de la Liga Santander y gran culpa de ello la tiene uno de los jugadores que han vuelto a casa este verano: James Rodríguez.
El jugador cafetero ha aprovechado las numerosas bajas en el centro del campo del Real Madrid para convertirse en una pieza importante en el esquema de Zidane. Contra el París Saint-Germain fue de lo poco salvable y en el Pizjuan su sacrificio y entrega fueron fundamentales para lograr la victoria.
Y es que Rodríguez ha vuelto de Múnich siendo un jugador nuevo. En Alemania James ha desarrollado una capacidad de entrega y sacrificio que le han valido para ganarse el favor de Zidane.
De hecho, el técnico galo no contaba con este jugador de cara a la siguiente campaña y el club estaba buscando un equipo con el que hacer caja con él. Sin embargo, la incapacidad a la hora de contratar centrocampistas y este cambio de actitud le han permitido quedarse en el equipo y, hasta el momento, ser importante.
En efecto, la salida de James del Madrid no fue por una cuestión de calidad, cosa que el colombiano atesora en exceso. Lo que desagradaba a Zidane era la “pereza” y falta de implicación del jugador en tareas defensivas.
Estadísticas
James Rodríguez ha jugado 4 partidos como titular esta temporada. Sin embargo, pese a su mejoría, su cambio de juego ha oscurecido sus estadísticas. Al aumentar su implicación defensiva el nivel ofensivo de James ha bajado y sus números lo han experimentado: solo ha registrado una asistencia y ningún gol esta temporada.
Esto contrasta con los datos de otras temporadas, en las que llegó a tener el mejor promedio de gol/asistencia por minuto jugado. En los 77 partidos que había jugado en su anterior etapa en el Real Madrid consiguió marcar 28 goles y dar 27 asistencias.
Todo esto se debe a que ahora James participa más en la creación del juego y menos en la finalización. Sus pases ya no son para que el delantero la enchufe, sino para mover el equipo y que otros se encarguen del gol. Su presencia en el área también ha disminuido y por ello ya no mete tantos goles, pero por otro lado ahora recupera muchos más balones y no tiene problema en bajar a robar un balón al borde del área.